
El efecto cobra, extraído de la Wikipedia, ocurre “cuando un intento de solución a un problema en realidad empeora el problema».
El nombre de efecto cobra proviene de una anécdota de ocurrió en la ciudad de Delhi (India) cuando era todavía una colonia británica.
¿Cuál era el problema?
Las autoridades estaban muy preocupadas por el elevado número de serpientes venenosas (en concreto cobras) que había en la ciudad. Muchas personas morían por picaduras de cobras, por lo que decidieron cortar el problema de raíz (al menos eso pensaron) ofreciendo una recompensa a todo aquel que entregara una cobra muerta.
Inicialmente la medida funcionó, ya que mucha gente quería lograr su recompensa, pero poco después todo empezó a torcerse.
¿Por qué?
Muchas personas comenzaron a criar sus propias serpientes para asegurarse una fuente regular de ingresos. Se crearon auténticas granjas de cobras. Cuando el gobierno se percató del “fraude” canceló el programas y la recompensa, lo que resultó incluso peor. Los criadores, viendo que sus cobras ya no tenían valor, las dejaron en libertad. Lejos de solucionar el problema, lo que sucedió es que la población de cobras aumentó considerablemente.
Sin pretenderlo, la recompensa fomentó el engaño.
Algo similar ocurrió en Mexico City en 1989. El gobierno municipal, para tratar de disminuir la polución en la ciudad, decidió prohibir el uso de los vehículos en los días de mayor tráfico (lunes a viernes) en función de cual era el último digito de la matrícula. Las estimaciones iniciales eran para disminuirlo en al menos un 20%.
Inicialmente, como con las cobras en Delhi, la medida parecía todo un éxito, pero todo de nuevo cambió, y el plan bienintencionado se fue de las manos. Había gente que si que aprovechó para compartir vehículo o utilizar el transporte público, pero a otros sencillamente les era imposible… o directamente no querían (a la gente por lo general no nos gustan las prohibiciones). Para evitar las restricciones a la circulación muchos compraron nuevos coches, muchos de los cuales eran coches antiguos y altamente contaminantes… pero al menos así les permitiría salir en determinados días…
Entonces, la calidad del aire y las congestiones continuas en la circulación de la ciudad empeoraron.
Tres años después del inicio del programa, las Naciones Unidas declaró a Mexico City la ciudad más contaminada del planeta. Una investigación demostró que el aumento de vehículos antiguos aumentó los niveles de polución en un 13%.
En otras palabras, decimos que este efecto se da cuando, a la hora de combatir una situación o un desequilibrio, aplicamos políticas que, en su análisis, acaban teniendo un efecto contrario al deseado. De esta forma, generando que la situación final sea peor que la de partida.
Uno caso que ya te parecerá más conocido ocurrió en una cadena de lavanderías en EEUU muy perjudicada por los retrasos y las faltas injustificadas de sus empleados. Para atajar este problema, la empresa instauró durante un año un premio -tarjetas regalo- que se rifaba una vez al mes entre aquellos empleados que eran puntuales y no se ausentaban del trabajo. La única excepción para no ser eliminado de la rifa era que la ausencia estuviera justificada (enfermedad, por ejemplo).
Lamentablemente el efecto cobra también se cumplió aquí.
En primer lugar se cosechó desencanto, pues los empleados que siempre habían sido puntuales se sintieron ofendidos cuando sus compañeros (que hasta entonces acostumbraban a retrasarse) empezaron a ganar tarjetas regalo. Entendieron que la empresa estaba reconociendo a las personas que sólo habían cambiado su comportamiento a causa del premio y eso les pareció injusto.
En segundo lugar resultó muy costoso, ya que en lugar de llegar tarde preferían pasar por enfermos para no ser excluidos de la rifa.
Y por último fue inútil, puesto que los empleados que eran descalificados volvían rápidamente a sus malos hábitos puesto que ya no tenían nada que ganar.
Ni que decir tiene que la empresa decidió cancelar el premio antes de que se cumpliera el plazo
3 Consejos para evitar el Efecto Cobra
Es común entrar en acción cuando nos encontramos con un problema. Pero esto a menudo nos hace confundir los síntomas con el problema. El problema visible se resuelve, o eso creemos. Pero lamentablemente no suele ser así.
Los síntomas no son el problema, las causas subyacentes sí lo son. Cuando analizamos antes de actuar, mejoramos no solo en resolver problemas, sino también en prevenirlos. Te dejo 3 consejos para tratar de evitar el Efecto Cobra:
1. Identifica los problemas bien. Utiliza Datos
Cuando no podemos identificar lo que es importante, casi todo parece urgente, y cuando todo parece urgente, nada lo es. Utiliza datos, números, para identificar y priorizar bien los problemas. Como decía Deming “En Dios creemos, para todo los demás tráeme datos”
Utiliza metodologias para conocer las causas de tus problemas, como los 5 Por qué, Ishikawa o incluso un análisis 1-Por Qué al menos! Y verifica esas causas antes de tomar acciones!
2.- Modeliza tus soluciones y cuenta con los “expertos”
Presenta tus soluciones para resolver el problema específico y invita a las partes interesadas desafiar tus suposiciones y agregar las suyas propias.
Si cuentas con ellos en todo el proceso, mucho mejor. Ellos de verdad son los expertos.
3. Valida tus soluciones (Prueba y Error) y Actúa
Es fácil hacer que las reuniones, las lluvias de ideas y otras acciones sean el sustituto del trabajo real. El miedo a fracasar hace que la gente se mueva de un lado a otro en las salas de reuniones durante tanto tiempo que el resultado final es la “parálisis por análisis”. La gente se agota con las discusiones y actúa por el simple hecho de hacerlo. O se resignan a vivir con el problema.
Hay que probar, actuar y validar.
Haz seguimiento una vez lo has puesto en marcha, para ver (con indicadores claros) cómo de efectiva está siendo tu solución. Busca señales de que las cosas no van bien y actúa en consecuencia. Modifique o cambia pronto para evitar que las situaciones se salgan de control.
Reflexión Final
Trata de cambiar desde el modelo habitual de decisiones rápidas, impulsivas y mal diseñadas y que suelen fomentar la cultura de evitar y esconder los problemas. Creéme, problemas siempre vas a tener.
Cambia hacia un modelo donde los problemas se priorizan, donde se analizan las causas de los problemas, donde se cuenta con la gente para todo ello… y también por supuesto para las soluciones…y para su seguimiento… ¿Te apuntas a la Mejora Continua?
Rafa Lucero, [email protected]
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